Nunca imaginarás el desarraigo de aquellos que se fueron lejos, de aquellos que, valientes, se acercaron a lo desconocido, olvidaron su lengua, huyeron de su cultura, escaparon de todo lo que definía su vida y se convirtieron en extraños ante sus propios familiares, anhelando por siempre la época en la que eran capaces de comprenderlos y sabían, sí, sabían, que el mañana seguiría exactamente igual que ayer.