Un mundo paralelo
Vivir en un mundo paralelo donde la gente puede opinar de ti libremente, aconsejarte, exigirte, reclamarte. Un mundo en el que tú no eres la dueña de tu vida, de tu mente, de tu cuerpo, de tu historia. Un mundo marchito, manchado de envidia, codicia, resentimiento y osadía. Un mundo egoísta, donde tu vida no es tu vida, donde hay pasos, hay camino, y si uno se desvía se revela que aquello que, en su día, belleza y cariño parecía, en realidad es desengaño, desprecio, desdén.