Nada


Nada.

No siento nada
cuando mi espalda
se comba lenta
bajo tu voz.

No siento nada
cuando mi boca
se encuentra
bajo tu cuello,
hambrienta.

Nada.

No siento nada
cuando tus ojos,
entre susurros,
dicen «te quiero». 

No siento nada
cuando las luces,
que parpadean
bajo las sábanas,
se extinguen, 
ahogadas en tu calor.

Nada,
no siento nada.

No siento nada
cuando tus manos, 
seguras, constantes,
comienzan a desnudarme.

No siento nada,
nada.
No siento nada.

No siento nada
cuando tu voz,
entrecortada,
retumba 
entre los dos.

No siento nada...
Nada...
No siento nada....

Comentarios

Entradas populares de este blog

Inesperado

No te merezco.

Sombras